Evolución del empleo y desempleo en México
- Miguel Ángel Flores Hernández
- 1 mar 2016
- 3 Min. de lectura

El profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de México, (UNAM) Pablo Ruíz Nápoles, en conjunto con el economista Senior del banco Bancomer; Juan Luis Ordaz Díaz, analizan las tendencias de empleo y desempleo en México, tomando como hipótesis central que las reformas económicas iniciadas en los años ochenta no se han cumplido.
Consideran que la falta de empleo en México, y la diferencia salarial que existe en relación con Estados Unidos, explica el fenómeno migratorio al vecino país. Asimismo, señalan que la Población Económicamente Activa (PEA) en el país representa casi el 60% de la población de 14 años y más. Añaden, que la economía mexicana no ha sido capaz de generar un número total de empleos formales requeridos, incluso denominan a la década de los ochenta como La década perdida.
Algo que considero importante destacar, es una nueva característica; el empleo formal se parece cada vez más a la informal. Es decir, empleos «formales» donde el trabajador carece de protección social.
Comparada con América Latina, según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México se ubica en los primeros lugares de menor tasa de desempleo, sin embargo, no sigue la tendencia de algunas naciones a disminuir dichos índices, sino al contrario, a aumentarlos, todo en el transcurso de la década pasada, (datos del 2009). Es curioso leer estos datos, y percatarse que las estadísticas no concuerdan con la realidad, sin embargo, esto se debe principalmente a dos factores -un tanto engañosos-, los transcribo tal como los señalan los autores:
El denominador, la PEA, no aumenta tanto por la migración de las comunidades fuera del país y ha habido además un cambio en la edad mínima (de 12 a 14 años) que se considera para formar parte de ella.
La cobertura del numerador, todo el que declara realizar al menos una hora de actividad a la semana se le toma como ocupado en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Es decir, las estadísticas generales no disciernen entre ocupación parcial o subocupación. Así pues, el porcentaje de desocupación abierta, no es un indicador muy preciso del estado del mercado de trabajo en México.
Otro factor que toman en cuenta los analistas, es el desempleo de jóvenes, pues las tasas de desempleo abierto de éstos duplican y hasta triplican las de los adultos. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en 2010, 1.7 millones de desempleados tenían entre 14 y 29 años de edad. A este grupo habría que sumar el número de jóvenes que aún sin trabajar no se encuentran estudiando (5.8 millones), con lo que contabiliza a 7.5 millones de jóvenes en ese rango de edad que en 2010 ni estudiaron ni desempeñaron alguna actividad económica, -los famosos ninis- representando 16% de la PEA. Un dato preocupante en este ámbito, es que las tasas de desempleo más altas en México se encuentran en los niveles educativos más altos y éstas han aumentado en años recientes. La expansión de la informalidad o subempleo es otro de los problemas que México comparte con la región Latinoamericana e incluso con otros países desarrollados y en desarrollo, nos explican los analistas. Nos señalan que se registran 26.4 millones de personas (60.6% de la población ocupada) al segundo trimestre de 2010 desempeñando al menos una actividad informal, -un dato bastante revelador-.
En cuestiones de empleo formal, los datos no son nada alentadores, ya que el mercado de trabajo ha respondido con mucha lentitud a las reformas y de manera heterogénea en los años recientes, y buena parte de los nuevos empleos formales -los inscritos al seguro social- son de carácter eventual.
Como conclusión, claramente se nota que la capacidad de la economía mexicana para crear empleos dignos, bien remunerados y con protección social de calidad, es uno de los principales retos que se han arrastrado desde los ochenta.
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