Desarrollo humano.
- Miguel Ángel Flores Hernández
- 2 feb 2016
- 4 Min. de lectura

El Desarrollo Humano es un proceso de expansión de las libertades de las personas para llevar una vida prolongada, saludable y creativa; conseguir las metas que consideran valiosas y participar activamente en darle forma al desarrollo de manera equitativa y sostenible en un planeta compartido. Señala, además, que el Programa de Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD), desde 1990, se esfuerza por operar el concepto de Desarrollo humano e influir en el diseño de políticas públicas, -tanto nacionales, como internacionales- de progreso, para mejorar la calidad de vida de las personas.
Añade, también, que el Desarrollo humano es un concepto multidimensional, y que en los orígenes semánticos del concepto, y que a partir de la segunda guerra mundial, se le dio énfasis a la dimensión económica: la capacidad de los individuos para adquirir bienes y servicios. Sin embargo, tal concepto ha ido incrementando sus dimensiones: políticas, sociales, culturales y medioambientales, que determinan el bienestar de las personas.
Según la declaración sobre el Derecho al Desarrollo, aprobada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), define al desarrollo como:
Un proceso global económico, social, cultural y político, que tiende al mejoramiento constante del bienestar de toda la población y de todos los individuos sobre la base de su participación activa, libre y significativa en el desarrollo y en la distribución justa de los beneficios que de él se derivan.
Así pues, el debate acerca de qué es el desarrollo humano, es un debate filosófico, en donde existen distintas concepciones del desarrollo y estrategias de progreso, socialmente construido, que permite abordar el análisis científico de un proceso social. El autor señala dos enfoques de entendimiento de Desarrollo: por una parte, el enfoque que entiende el desarrollo como proceso económico de cambio estructural, y por otra el enfoque que entiende al desarrollo como un proceso multidimensional.
En cuanto al enfoque como proceso económico, puntualiza que tiene sus orígenes en los tiempos de la descolonización, -tras la II Guerra Mundial, como ya lo había mencionado- con trabajos de destacado economistas, como: Paul Rosenstein-Rodan, Walter Rostow, Hollis Chenery, Ragnar Nurkse, Albert Hirschman, Arthur Lewis, Gunnar Myrdal y Dudley Seers. La principal novedad de este enfoque es el objetivo declarado de estudiar los procesos de desarrollo de los países más pobres, -los países subdesarrollados-. Así, esta nueva perspectiva permitió reconocer aspectos importantes del proceso de crecimiento, como: la industrialización, la urbanización, la migración del campo a la ciudad y el cambio social estructural, señala el autor.
Una de los conceptos que captó mi atención fue el de; la trampa de la pobreza, o círculo vicioso del subdesarrollo, que determina la imposibilidad de superar el desarrollo, sino es por transformaciones que modifiquen la estructura económica de un país, o por medio de ayuda internacional. La explicación teórica que lo justifica es la siguiente: el compás de crecimiento de un país depende de su capacidad de inversión, y por tanto las sociedades muy pobres son incapaces de ahorrar para invertir, y por ende para crecer, así entonces, permanecerán largo tiempo, sino es que por siempre, en el subdesarrollo. Siguiendo con esta línea el autor subraya el modelo Harrod-Domar, el cual establece que el ritmo de crecimiento económico de un país depende de dos factores productivos: el factor trabajo, -que consiste en la población activa y la productividad de trabajo-, y el factor capital, -las reservas de capital y la productividad del mismo-. En concreto, la acumulación de capital que impulsa el proceso de crecimiento se financia mediante la transformación del ahorro en inversión.
Presenta un planteamiento, con el cual me queda más claro el concepto de la trampa de la pobreza:
Bajo nivel de renta per cápita limita el nivel de ahorro interno.
Baja productividad causa el bajo nivel de renta per cápita
Bajo nivel de ahorro dificulta la ampliación del capital
(inversión)
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Reducida dotación de capital limita los niveles de productividad
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Sin embargo, el autor señala que la principal limitación del modelo Harrod es la asunción de que la inversión se transforma de manera casi inmediata en crecimiento económico. En realidad, no toda la inversión prospera, y una parte de la misma termina fracasando.
Ya en las décadas de 1970 y 1980, se extendió la crítica a la concepción económica del desarrollo, y apareció la necesidad de satisfacer las necesidades básicas de las personas para tener una vida plena. Fue, también, en esta época cuando surgieron los primeros indicadores multidimensionales de calidad de vida.
En la década de los 90, Amartya Kumar Sen, -premio Nobel de Economía en 1998- revolucionó el significado de Desarrollo, que incluyen tanto los parámetros económicos como una serie de libertades individuales, y la expansión de éstas mismas es el fin primordial del desarrollo, así como su medio principal. El autor semana que el pensamiento de Sen, es multidisciplinar, ya que su visión del Desarrollo humano combina la ética y la economía para focalizar la atención en los derechos de los individuos. Además, para Sen uno de los factores cruciales del desarrollo es la democracia, de tal modo que el sistema democrático permite la creación de las oportunidades necesarias para expandir las libertades de las personas. Sin embargo, el autor concluye realizando un análisis a lo que puede ser una debilidad en el enfoque humanista de Sen: la presunción en universalidad en la concepción del desarrollo humano, y la estrategia global que de ésta se pueda desprender.
Bibliografía:
Madrueño R. (2013). "Desigualdades" en Tezanos, S. et al. (coords.). Manuales sobre cooperación y desarrollo. Desarrollo humano, pobreza y desigualdades, Santander: Universidad de Cantabria/Cátedra de Cooperación Internacional y con Iberoamérica, pp.11-32.
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